¡Ahí vienen las aguas! Conociendo las particularidades de nuestro país y los efectos que en las últimas décadas nos está dejando el cambio climático, podría sonar aventurada la afirmación de que la temporada de lluvias —ahora sí— está comenzando. Más allá de los pronósticos oficiales, lo cierto es que en buena parte el país y en especial en su capital, solo llueve cuando al Dios Tláloc se le pega la gana.

En el golf, en cambio, la lluvia no es la mejor de las noticias, aunque una preparación adecuada y el conocimiento de ciertas medidas de emergencia pueden proporcionarnos una ronda retadora, diferente y totalmente segura.

Estas líneas contienen algunos consejos útiles para jugar bajo la lluvia y no que ella juegue con nosotros.

Peligro de rayos

Si junto con el pronóstico de lluvia se anuncia el de una tormenta eléctrica, muy sencillo: ¡olvídese del golf! Jugar bajo esas condiciones es atentar contra la propia vida. Quédese en casa o en el Hoyo 19 y disfrute de un juego de mesa con sus amigos.

Si es solo lluvia

No existe mejor recomendación para salir al campo en un día lluvioso, que prepararse para ello con la debida anticipación. La bolsa de golf debe contar con los accesorios necesarios para no convertir la jornada en algo miserable. Veamos cuáles:

Conjunto impermeable

Afortunadamente, las grandes marcas de productos para golf siempre tienen conjuntos de dos piezas para cubrir este importante punto. Lo esencial es que impida que nuestra ropa se moje —ojo con la talla— y que sea en extremo ligera. Debe permitirnos meter las manos en un sitio seco cuando no estamos jugando, con el fin de mantener su temperatura adecuada para el juego.

Paraguas

Por supuesto, y que sea grande y ligero. Debemos cuidar que su interior se mantenga seco todo el tiempo.

Guantes extras

Los guantes de golf son archienemigos del agua. Una vez que se mojan por dentro dejan de ser útiles, pues pierden la capacidad de fricción y humedecen a las manos. Es esencial que nos pongamos el guante bajo el resguardo de un paraguas, evitando que su interior entre en contacto con la lluvia. Tan pronto ejecutemos el golpe, debemos quitarnos el guante y colocarlo de nuevo en un sitio seco (fijarlo en alguno de los rayos de la parte superior del paraguas es un buen método). Es muy recomendable cargar con tres o cuatro guantes en la bolsa y rotarlos durante la ronda.

Toallas secas

Siempre solemos llevar una toalla con un extremo mojado para limpiar la cabeza de los palos de golf tras el impacto, o la bola en preparación para el putt o para el inicio de un nuevo hoyo, o bien, para humedecer un poco las empuñaduras con el fin de rescatar su capacidad de agarre. El otro extremo debe mantenerse seco para secar las empuñaduras, la bola o las manos. Bajo la lluvia es prácticamente imposible mantener una parte seca toda la ronda, por lo que resulta indispensable contar con más toallas en la bolsa, que serán esenciales para secar los grips y poder mantener nuestras manos secas durante toda la ronda.

Zapatos impermeables

Prácticamente todos los zapatos de golf en la actualidad son impermeables, pero debemos cuidar por dónde caminamos cuando el campo está mojado, pues nos podríamos hundir en un buen charco y dejar que el agua entre y nos empape los calcetines, una de las más desagradables sensaciones en el golf.

Usar sombrero en vez de gorra

A diferencia de la gorra que usamos comúnmente para jugar golf, es recomendable portar un buen sombrero impermeable —los de palma suelen serlo— de ala suficientemente ancha para evitar que nos mojemos la cara. Debemos recordar que, a la hora de golpear la bola, nadie puede detenernos el paraguas —va contra las reglas— y es allí donde estos accesorios se vuelven indispensables.

Cubierta de la bolsa

Mantener puesta la cubierta de la bolsa todo el tiempo, es esencial para evitar que se mojen los palos.

Previsiones para la ronda

Todo lo anterior servirá para tener una ronda soportable, que nos permita concentrarnos en el juego, en vez de preocuparnos por la forma de mantenernos secos. Ahora bien, la administración del campo requerirá también de adecuaciones para sacarle a la jornada el mayor jugo posible. Veamos lo importante:

Distancias

Bajo la lluvia, definitivamente, la bola vuela menos, ya sea por la humedad del ambiente, o por el contacto con las gotas de agua durante el vuelo. ¿Cuánto? Eso dependerá de la intensidad de las condiciones climatológicas.

De la misma manera, la distancia que suele recorrer nuestra bola tras aterrizar se disminuirá en forma importante o, incluso, volverse prácticamente nula, y esto es igualmente válido en fairways, roughs y greens. Resultará indispensable calcular los ajustes sobre la marcha, considerando primordialmente la distancia de vuelo (carry) de cada uno de nuestros palos. Así, si sumamos los efectos de la disminución del vuelo de la bola por el contacto con la lluvia, a los del poco recorrido tras su aterrizaje, el ajuste podría extenderse a la elección de uno o dos palos más largos, dependiendo del caso.

En el juego corto y alrededor del green, salvo condiciones excepcionales, debemos descartar el golpe bajo (bump and run) y pensar más en tiros elevados y precisos.

En el green, debemos ser especialmente observadores de las condiciones de humedad de la superficie, revisar si existen encharcamientos o hasta movimiento de corrientes que pudiesen afectar la trayectoria del golpe.

Finalmente, debemos estar conscientes de las Condiciones de la Competencia que determine el club para ese día de juego, y conocer a la perfección el procedimiento que determinan las reglas para el alivio de agua ocasional.

En conclusión, no se trata de cancelar la ronda de golf, tan solo porque está lloviendo, sino buscar la forma de enfrentar el desafío con las armas necesarias para salir satisfechos del mismo. Quizá no alcancemos la felicidad de Gene Kelly en su memorable Singin’ in the Rain, pero al menos podremos evitar una ronda frustrante.

fdebuen@par7.mx

*Primera estrofa de la canción Singin’ in the Rain, de Arthur Freed / Ignacio "Nacio" Herb Brown, interpretada en el cine por Gene Kelly (1952).