Joel Dahmen metió un putt de 18 pulgadas, saltó en el aire, abrazó a su caddie y a su esposa Lona, y no se imaginó que las lágrimas llegarían tan fácilmente como lo hicieron. Había finalizado una racha de 111 torneos sin victorias.

Pero así es el golf, y la vida, y finalmente abrirse paso en el PGA Tour.

«No sé si nuestros sueños fueron alguna vez tan grandes en sí mismos. Cumplir cinco años en el Tour, conseguir una primera victoria... es muy especial.»

Los 70 (-2) de Dahmen fueron suficientes para una victoria de un golpe en el Corales Puntacana Resort & Club Championship sobre Sam Ryder y Rafael Campos, cuyo intento de birdie en el hoyo 72 alcanzó el borde del hoyo, pero no cayó. Campos estaba a medio camino de dar un puñetazo de alegría, pero, en cambio, acabó cayendo de rodillas.

Michael Gligic y Graeme McDowell, el ganador de 2019 en Corales, terminaron un golpe más atrás con 10-bajo. Para Gligic fue su mejor final en el Tour de su carrera.

Dahmen y su caddie, Bonnalie, eran amigos de la infancia en Washington. Han experimentado los altibajos de perseguir un sueño juntos durante casi una década y llegaron a compartir un abrazo lleno de lágrimas en el hoyo 72 de Corales.

En un giro irónico, Dahmen —que goza de la simpatía de la afición donde se presente— tuvo que escuchar al público en favor de Campos todo el día. Aun así, mencionó: