Mobirise
free site builder

Editorial

Mobirise

Patrick Reed.

Patrick Reed, genio y figura

Fernando de Buen

Ronda final del WGC-México Championship. Habiendo atestiguado la conclusión del hoyo 18 por parte de Bryson DeChambeau y su grupo, regresé corriendo a la salida de dicho hoyo para observar al líder del torneo, Patrick Reed. Tras un birdie en el 17 —el tercero consecutivo—, con el cual aumentó su ventaja a dos golpes, un Patrick más relajado dio su tiro inicial en el 72º hoyo, esperando no encontrarse con problemas para conseguir su octavo triunfo en torneos del PGA Tour y el segundo en Campeonatos Mundiales de Golf (WGC, por sus siglas en inglés).

Su golpe de salida con un hierro no fue el esperado y la bola se abrió hacia el lado derecho, con destino incierto. Inicié mi caminata a un lado de las cuerdas —como mandan los cánones cuando los fotógrafos tenemos el permiso para estar en la parte interior del campo— y, sin darme cuenta, Patrick venía caminando a mi lado a un par de metros de distancia, en ruta hacia su bola. Su rostro era el de un jugador confiado, a pesar de que aún no conocía las consecuencias de su mala salida, pero seguramente contento porque el público —el nobilísimo público mexicano que todo perdona— lo ovacionaba en cada paso de su ruta, dando por olvidada su famosa trampa en diciembre pasado, durante el Hero World Challenge, en las Bahamas —quitar en dos ocasiones la tierra detrás de la bola en una zona arenosa, sin aceptarlo y echándole la culpa a la toma de una cámara—, por la que fue criticado en todo el mundo.

Pero no todos en el Club de Golf Chapultepec olvidaron el pasado reciente de Patrick. Veníamos caminando hacia la bola, cuando una voz solitaria dijo la palabra que el hoy campeón odia más que ninguna otra: «Cheater» (tramposo). Alcancé a ver que el jugador respiró profundo, volteó hacia su derecha en el rumbo de donde surgió la voz y respondió sin cambiar su talante: «See you later, dude» (te veo después, amigo).

Quedé gratamente sorprendido de la madurez de este polémico golfista quien, a través de su exitosa carrera ha dado más ejemplos negativos que positivos. Sin prestarle más atención al desafortunado comentario, Patrick se dirigió a su bola y, tras instruir a los marshalls sobre los espacios que quería liberados para ejecutar su golpe, negoció el bogey que terminó dándole el triunfo.

Ni la modestia ni la discreción ni la humildad han sido parte del bagaje de Patrick Reed. Cuando hace seis años ganó el WGC-Cadillac Championship, se atrevió a declarar: «He trabajado muy fuerte. Gané mucho como juvenil, hice grandes cosas en mi carrera amateur, salí 6-0 en match play en torneos de la NCAA, gané campeonatos de la NCAA en dos años consecutivos, logré un tercer lugar individual, y ahora llevo tres victorias en el PGA Tour. No he visto a muchos tipos que hayan logrado eso, además de Tiger Woods y las otras leyendas del juego. Es una de esas cosas, creo en mí —especialmente por lo duro que he trabajado— y que soy uno de los cinco mejores jugadores del mundo».

Con su reciente triunfo en el WGC-México Championship, Patrick ascendió del lugar 14 al octavo, pero nunca ha llegado más arriba del séptimo.

No se trata de cualquier golfista, sino de uno que ha sido tachado de tramposo por comentaristas, periodistas e incluso por otros profesionales de golf, como Cameron Smith o Brooks Koepka. Este último declaró: «Sí. No sé lo que él (Patrick) estaba haciendo, construyendo castillos en la arena. Tú sabes dónde está tu palo de golf. Estuve tres meses fuera y te puedo prometer que sé si toco la arena. Si ves el video, es obvio que roza la arena dos veces y luego la corta».

A la lista de sus críticos se unió el famoso excomentarista de CBS, Peter Kostis, quien dijo: «He visto a Patrick Reed mejorar su lie, desde cerca y personalmente, ya en cuatro ocasiones».

Al respecto de las expresiones dentro del campo de golf, el campeón del Masters de 2018 mencionó tras la segunda ronda en el C. G. Chapultepec: «La mayor cosa para mí es que cada vez que salgo al campo, me coloco mis audífonos (dicho en sentido figurado), salgo a trabajar y solo me entono con cada golpe que doy. Porque al final del día, no puedes escuchar lo que otra gente está diciendo».

Si bien no acallará a las críticas, porque estas no tienen que ver con su nivel de juego, el triunfo de Patrick Reed en el WGC-México Championship es una oportunidad de oro para el inicio de una redención que podría convertirlo en un ídolo natural, como Jordan Spieth, Justin Thomas o Rickie Fowler, y no en un antihéroe, como John Daly. Solo de él depende que así sea.

Y no, no es uno de los cinco mejores del mundo. Le falta mucho para ello.

fdebuen@par7.mx