Cuarenta años después, volvemos a tener un mexicano en el Masters. Eso es digno de celebrarse sin duda. Pero también hay que celebrar con más dicha, que nuestro deporte esta triunfando de la mano de seres humanos tan completos como lo es Álvaro Ortiz, grande dentro y fuera del campo.
¡Felicidades Álvaro! Gracias por un fin de semana lleno de emoción. Se viene lo mejor.