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El Torneo Interclubes del Valle de México desata polémica

Entre las Reglas y el tiempo de juego

Fernando de Buen



Para algunos golfistas de nuestra Ciudad de México, se trata de una decisión atinada que debe adoptarse por todos los torneos de adultos que organiza la Asociación de Golf del Valle de México (AGVM), mientras que para otros es un esperpento que borra por completo el espíritu del juego, pues cancela de facto la Regla 1 del libro de Reglas de Golf, la más importante de todo el código. Por lo pronto, ya ameritó la renuncia de su director de Reglas, el experto Ian Gardner.

La Regla en cuestión dice a la letra: «El Juego de Golf consiste en jugar una bola con un palo desde el lugar de salida hasta el interior del agujero, mediante un golpe o sucesivos golpes conforme a las Reglas».

Pues bien, en aras de optimizar el tiempo de juego durante las rondas del pasado Torneo Interclubes Sénior del Valle de México, el comité organizador decidió eximir a los jugadores de la obligación de embocar su bola, colocando un círculo alrededor del hoyo, de forma que una vez que toca la bola dicho círculo, se añadirá un golpe al juego de dicho hoyo y deberá levantarse la bola.

En las Condiciones de la Competencia del torneo, documento que originalmente yo mismo redacté en mis años como director de Reglas de la organización, aparecieron nuevos párrafos desconocidos para mí, incluyendo un oscuro inciso 22, que cito textualmente (por aquello de los sic): «22. Con la finalidad de que el juego sea mucho más ágil y rápido para todos los participantes, se pondrá en todos los hoyos un círculo con una medida estándar que delimitará las dadas automáticas. Es decir si la bola descansa sobre la línea del círculo, esta estará dada y deberá ser forzosamente levantada».

El resultado de la aplicación de esta política —totalmente ajena a las reglas y el espíritu del juego—, ha provocado una seria polarización entre quienes participan en este torneo o lo harán en el Interclubes de Caballeros que se jugará a finales de mayo próximo, ya que, al parecer, esta condición se adoptará también en dicho campeonato.

Todos sabemos que las bolas dadas existen en prácticamente cada foursome de fin de semana en nuestros respectivos clubes, pero de allí a aplicarla en un torneo oficial de una asociación afiliada a la Federación Mexicana de Golf (FMG), me provoca un ruido similar al de los acúfenos (zumbidos permanentes en los oídos) que me han atacado incansablemente desde hace ya casi cinco años. Más aún, tratándose del torneo que más clubes y jugadores reúne en el país, habiéndose jugado en otros años hasta en siete diferentes campos por jornada, con más de 850 participantes.

Los que apoyan la idea, dicen que cada ronda significa un ahorro considerable de tiempo, lo que motiva a un mayor número de inscripciones por parte de los socios de clubes afiliados; los que están en contra, no justifican el sacrificio de una parte tan importante del juego, en aras de quitarle vueltas a las manecillas del reloj.

Lo cierto es que esos putts de menos de un metro que ya no será necesario ejecutar en estos torneos son, en muchos casos, los que definen al ganador de un match. Creo que cualquier golfista que haya jugado torneos interiores, interclubes, regionales o nacionales, ha temblado ante la posibilidad de fallar un putt de 50 cm para ganar un torneo, un partido o un hoyo. Ningún otro momento de la ronda se compara con la presión que ejerce un golpe tan aparentemente simple como este.

Por supuesto, quienes hayan llegado hasta esta parte del texto, adivinarán cuál es mi postura al respecto de este tema; sin duda, estoy en contra de la aplicación de una regla que es, a todas luces, contraria a la esencia misma del juego de golf.

Me preocupan algunas cosas. Desde luego, la renuncia al Comité de Reglas de la AGVM de Ian Gardner y su equipo, uno de los más reconocidos conocedores del país en este campo, quien se negó rotundamente a ser el responsable de aplicar el reglamento en torneos que no respetan al código esencial del juego. También, al parecer, el propio Comité Nacional de Reglas —a decir de Gardner— ha decidido no participar más en eventos de la Asociación. Esto dejará a todos sus torneos, los adultos y de la Gira Infantil-Juvenil sin un equipo de reglas debidamente capacitado.

Me causa también cierto resquemor que los propios jugadores, en aras de no hacerse responsables de ese putt que podría definir un partido, prefieren tomar el camino que menos se asemeja al deportivismo y a la competencia.

No quisiera imaginar cuál sería la reacción de la USGA —querámoslo o no, el organismo rector que nos ha adoptado como un estado asociado—, si se enterara de esta inusual tropicalización de las reglas que tanto ha cuidado a través de décadas. Seguramente, lanzaría un político extrañamiento a la Federación por permitir que un organismo afiliado tan importante como la AGVM base sus torneos oficiales en códigos apócrifos.

Es tiempo de corregir la plana y borrar esa aberrante regla 22 de las Condiciones de la Competencia en el próximo Torneo Interclubes del Valle de México. Tanto la Asociación como el evento mismo son demasiado grandes como para caer en soluciones simplonas.
Si quieren tener jornadas más cortas de juego, que estipulen las rondas con menos hoyos, pero respetando las Reglas de Golf. Con ello se ahorrarían mucho más tiempo.

Quiero entrañablemente la AGVM, de la que fui consejero por 12 años y fundador de su Comité de Reglas, al que orgullosamente también pertenecieron mis queridos amigos Ian Gardner y Víctor Adames, quienes después han dirigido al equipo de Reglas de la FMG, sumando entre ambos cerca de década y media (Víctor sigue en el puesto que sucedió a Ian). Definitivamente, no me agrada que mi añorada institución tome estas rutas.

Espero contar pronto con la postura oficial de la AGVM con respecto a este tópico. Siempre es esencial ver las dos caras de la moneda, sin importar la posición personal del escribiente.

fdebuen@par7.mx

P. D. ¿Qué opinan ustedes, queridos amigos? Háganme llegar sus comentarios.


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