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Editorial. Inicia el Open Championship en Royal Birkdale

Por la Jarra de Clarete

Fernando de Buen


Desde 1873, la Jarra de Clarete es el más anhelado trofeo del golf.


Solo verla causa un curioso cosquilleo. Ha pasado por las manos de la mayoría de los mejores golfistas del planeta, quienes la han abrazado, besado y cuidado como ninguna otra joya o presea en su vida. La Jarra de Clarete ha acompañado desde 1873 al campeón del Open Championship —conocido también como el Champion Golfer of the Year— o, en términos más accesibles, al ganador del mal llamado Abierto Británico.
Este bello recipiente de plata es, para muchos, el más anhelado trofeo del mundo del golf.

La venerable anciana argentada cuenta ya con 145 años de edad, pero no fue el primer trofeo que se entregó al ganador del Open. Cuando inició este torneo en 1860, en Prestwick, al campeón se le entregaba un cinturón —el Challenge Belt— fabricado con fina piel marroquí roja, hebilla de plata y emblemas— que fue donado por el Conde de Eglington. En la primera regla de la competencia se podía leer: «El partido ganador del cinturón siempre dejará el cinturón con el tesorero del club, hasta que presente una garantía a satisfacción del comité anterior, de que el cinturón será guardado y colocado en la mesa en la próxima reunión, para competir por él hasta que se convierte en la propiedad de quien lo gane tres veces seguidas». Eso sucedió en 1870, apenas diez años después, cuando el Joven Tom Morris ganó su tercer título consecutivo, convirtiéndose en el propietario del cinturón a perpetuidad, aunque falleció solo cinco años después, a los 24 de edad.

La edición de 1871 se canceló y en 1872 ganó nuevamente el joven Morris; sin embargo, aunque ya había un acuerdo entre los tres anfitriones del Open —Prestwick, la Honorable Compañía de Golfistas de Edimburgo y Saint Andrews— para mandar fabricar una jarra de clarete de plata, aportando cada sociedad la cantidad de 10 libras esterlinas, la presea no estuvo lista a tiempo y Morris recibió solamente una medalla grabada con el texto: «The Golf Champion Trophy».

La Claret Jug fue elaborada por Mackay Cunningham & Company of Edinburgh y fue quintada en 1873. El primer campeón que la recibió en ese año fue Tom Kidd, pero el primer nombre grabado en su base fue el de Tom Morris Jr. como campeón del año anterior.

Fue hasta 1920 cuando el Royal and Ancient Golf Club of Saint Andrews recibió la plena responsabilidad de la organización del Open Championship. Siete años más tarde, después de aquella edición ganada por el inmortal Bobby Jones, el Comité del Campeonato tomó la decisión de retener la Jarra original y entregarle al campeón una réplica de la misma. Durante las casi cinco décadas en las que se entregó la presea auténtica, un total de 28 jugadores la retuvieron por un año en su poder, destacando Harry Vardon, el único jugador en la historia con seis triunfos en dicho torneo.

Junto con la Jarra de Clarete, desde aquel cuarto triunfo consecutivo del joven Tom, se instituyó también la entrega de la Medalla de Oro —en realidad era de plata chapada en oro—, que durante las primeras décadas fue una pieza ovalada con un diseño grabado que incluya un escudo y dos palos de golf cruzados. Tras algunos cambios con los años, la primera medalla circular se entregó en 1893 y, desde entonces, no ha cambiado en tamaño y forma.

Curiosamente, desde ese mismo año el costo asignado de £10 se descontaba del premio económico al ganador y, en 1920 el valor aumentó a £25, que también terminaba pagando el campeón. A partir de 1930 y adelante, el campeón no volvió a pagar por su medalla.

El campeón amateur del torneo fue reconocido hasta 1949, mediante una medalla de plata con el mismo diseño y forma que la del ganador del Abierto. La diferencia estaba en el texto, que solo decía «First Amateur». Frank Stranahan, de los Estados Unidos, fue el primer ganador de la medalla de plata, y la volvió a obtener en 1950, 51 y 53.

El 146° Open Championship


Con 7156 yardas bajo un esquema para 70, el campo de Royal Birkdale será una dura justa, pero interesante aduana para los mejores golfistas del planeta, que este jueves iniciarán una demandante búsqueda por grabar su nombre en la mencionada presea.

Los jugadores se encontrarán con un campo plagado de ondulaciones, con fairways angostos, rough alto y peligroso, greens duros y, si aparece el viento, será indudablemente uno de los principales protagonistas del torneo.

Fuera del Old Course de Saint Andrews, este es el campo que más veces ha sido sede de este torneo. Entre sus campeones se pueden mencionar a Peter Thompson, Arnold Palmer, Lee Treviño, Johnny Miller, Tom Watson, Mark O’Meara y Padraig Harrington, entre otros.

¿Qué hacer?


Lo más recomendable en estos casos es inventar una excelente excusa para ver el torneo de principio a fin y emocionarse con el evento que está más relacionado con el origen del golf y su evolución.

Quizá no sea el más difícil —título que solía tener el U.S. Open antes de Erin Hills—, el más competido —hay quienes le atribuyen tal privilegio al PGA Championship— o el de mayor glamour —sin duda el Masters—, pero el Open Championship es, por mucho, el torneo de mayor prestigio en el mundo del golf.

fdebuen@par7.mx

  «La Claret Jug fue elaborada por Mackay Cunningham & Company of Edinburgh y fue quintada en 1873. El primer campeón que la recibió en ese año fue Tom Kidd, pero el primer nombre grabado en su base fue el de Tom Morris Jr. como campeón del año anterior.»


 


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