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DJ a la TW

Fernando de Buen



Desde aquella mágica temporada en el año 2000, donde Tiger Woods ganó nueve torneos en 20 oportunidades —45%—, los fanáticos del golf hemos tenido la tendencia de comparar lo logrado por el californiano, con las rachas de los últimos grandes jugadores del golf internacional. La inspiración para escribir este artículo, así como algunos de los datos estadísticos que incluyo, son tomados de un excelente texto de Rex Hoggard, una de las mejores plumas de la organización Golf Channel.

Hemos comparado los triunfos de Tiger con la racha que tuvo el australiano Jason Day entre el otoño de 2015 y la primavera del año siguiente, donde ganó siete torneos en 17 salidas, equivalente al 41% de triunfos que incluyeron un major, un WGC y el Players Championship; también con la de Jordan Spieth en 2015, ganando cuatro torneos en 12 intentos, entre ellos dos majors (33%). Entre 2014 y 2015, Rory McIlroy logró también cuatro victorias en 14 participaciones (28%), entre ellas dos grand slam y dos WGC.
Ahora es tiempo de Dustin Johnson.

Con su victoria en febrero en el Genesis Open, Dustin alcanzó el número 1 del mundo, desplazando Jason Day. Sus dos siguientes torneos, el WGC-México Championship y el WGC-Dell Technologies Match Play, también le representaron victorias y, al día de hoy, su ventaja supera los tres puntos porcentuales sobre Rory McIlroy —segundo lugar— en el ranking mundial. Ningún resultado en el Masters, la próxima semana, podría desbancarlo.

Si nos vamos un poco más atrás, Johnson ha ganado seis de sus últimas 17 actuaciones —35%—, incluyendo un grande y tres WGC. De hecho, es el primer jugador en la historia que ganar los cuatro capítulos de los Campeonatos Mundiales de Golf (WGC).

De acuerdo con las estadísticas, los números de Woods en 2000 y los actuales de Johnson tienen algunos puntos en común. Tiger fue segundo en distancia con el driver, primero en greens en regulación, segundo en promedio de putts y primero en promedio de puntuación; en la temporada actual, Johnson es el primero en distancia con el driver, segundo en greens en regulación, 11º en promedio de score y, valga la diferencia, 77º en promedio de putts.

La persona más apta para comparar las cualidades de Dustin Johnson con las de Tiger Woods es Butch Harmon, quien entrenó a Tiger durante cerca de 11 años, a partir de 1993, y es actualmente el entrenador de swing de Dustin. Al respecto, menciona: «Su drive es excelente como era el de Tiger en aquellas fechas. Es un buen poteador, no excelente, pero bueno. Ha aprendido a pegar hierros desde las mesas de salida… y tiene un hierro 3 con varilla de grafito al que le pega millas. Realmente se ha convertido ahora en un paquete total. Como sabes, nada lo sacude. Eso es un gran plus», concluye Harmon.

Quizá por la impresión que nos causa verlo golpear la bola distancias interminables, por la increíble suavidad de sus hierros medios o sus notables golpes alrededor de green, no nos hemos detenido a pensar que entre sus mejores activos está —como dice Harmon— un juego mental extraordinario, que es hoy notoriamente superior al de sus pares en el PGA Tour. En este aspecto, Dustin ha aprendido de la manera más dura posible. En el U.S. Open de 2010, en Pebble Beach, fue incapaz de controlar sus impulsos desde el segundo hoyo —triple-bogey— y, lo que pudo ser una muy factible victoria, pues había iniciado como líder, por su falta de control terminó tirando 82, concluyendo en octavo lugar. En 2010, parece imposible olvidar el castigo que sufrió en el hoyo final del PGA Championship, en Whistling Streats, tras llegar allí con un golpe de ventaja y, por una terrible distracción —apoyar el palo de golf en un búnker—  fue castigado con dos golpes, forzando un desempate que terminaría ganando el alemán Martin Kaymer. Dos victorias muy alcanzables en majors, dos rotundos fracasos.

Después vino el problema por el consumo de drogas. En 2009 dio positivo por consumo de marihuana y, tanto en 2012 como en 2014, por cocaína, de acuerdo con fuentes confiables. Fue suspendido en 2014 durante seis meses, pero el castigo nunca se hizo público, ya que el PGA Tour se reserva la difusión de estas sanciones, cuando se trata de drogas recreativas (ojalá cambien esta absurda política, en beneficio de la juventud). Al respecto, Dustin comentó que se ausentaría por un tiempo de golf profesional, nada más.

Sin duda, tanto las experiencias frustrantes dentro del campo de golf, así como las que vivió fuera del mismo —aunadas a una aparentemente muy positiva relación con su pareja Paulina Gretsky, con quien comparte un hijo y esperan el segundo—, han fortalecido el carácter y la determinación de este golfista fuera de serie.

Si bien, en la actualidad parece imbatible, habría que imaginar el alcance de su desempeño si llega a mejorar en forma notable su actuación sobre el green, tal como lo hizo con su juego corto, desde la parte final del año pasado. Ninguna prueba parece más adecuada para comprobar el nivel de sus cualidades con el putter, que el inminente Masters de la próxima semana, aunque parece demasiado pronto como para constatar cualquier mejoría.

Dustin es el gran favorito para ganar el Torneo de Maestros, a pesar de que su juego sobre green no es el ideal para el primer grande del año. Además, estarán los mejores del mundo tratando de evitar que continúe su racha de victorias.

Dustin y Tiger, Tiger y Dustin. Similitudes que hoy invitan a la reflexión y nada más. Ya hablaremos de comparar sus carreras cuando Dustin gane otros 64 torneos en el PGA Tour o 13 majors, lo que suceda primero.

fdebuen@par7.mx


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